viernes, 29 de marzo de 2013

Arreglos o doseles


Arreglos en la Semana Santa Marinera de Valencia: Jesús ante las mujeres de Jerusalén (calle de la Reina, 209), María Santísima de las Angustias (calle Espadán, 6) y Santísimo Cristo de los Afligidos (calle José Benlliure, 74). Como se ve en el primer caso, a veces junto al arreglo hay un espacio con sillas donde los visitantes pueden sentarse para conversar o rezar / Carlos Izquierdo García.

2013 es el segundo año que paso la Semana Santa por tierras valencianas. Como ocurre en el resto del país, aquí las expresiones cristianas toman los pueblos y ciudades, exteriorizándose en lugares en donde la mayoría del año permanecen ausentes. Durante estos días, estamos acostumbrados a ver muestras de fervor católico incluso en los hogares, cuyos balcones se engalanan, o ante cuyas fachadas se disponen hileras de sillas flanqueando las calles, de tal manera que los vecinos pueden contemplar sentados el paso de las comitivas. Pero mi intención con esta entrada es hacerme eco de otra manifestación religiosa en el ámbito doméstico: los arreglos o doseles.

Algunos arreglos de Alberic: Oración de Jesús en el Huerto (calle Azorín), Ecce-homo (calle Pintor Sorolla) y Cristo en la Columna (calle Ausiàs March). En la primera imagen se adivina a la derecha el estandarte de la cofradía, un elemento identificativo de la hermandad, que prácticamente siempre forma parte de la decoración del arreglo / Carlos Izquierdo García.

Más arreglos de Alberic: Jesús Nazareno (calle Arcipreste Ferrandis), Cristo de la Fe (avenida la Glorieta) y Virgen de la Soledad (calle Colón). En el arreglo de la izquierda se ha conseguido un cierto dramatismo focalizando la luz en la cara del Cristo y dejando el resto de la escena en penumbra. El recurso del tenebrismo es recurrente en la ambientación de los pasos / Carlos Izquierdo García.

Esta curiosa tradición se extiende principalmente por la comarca de la Ribera Alta (Alberic, Alzira, Algemesí, Benifaió, Tous), aunque también está presente en otros puntos de nuestra geografía (como la propia ciudad de Valencia). A falta de documentos escritos que lo corroboren, parece ser que la costumbre data del siglo XVII y que tuvo origen en Alberic. Todo indica que por entonces, en dicho municipio las imágenes religiosas no se guardaban en el interior de la iglesia, sino que eran los propios cofrades quienes custodiaban los pasos procesionales durante todo el año en algunos espacios de sus viviendas, adornados especialmente para hospedarlos.

A partir de ahí arrancó la tradición de los arreglos, que bajo la denominación de doseles fue extendiéndose a los pueblos vecinos, a la par que se hacía más compleja y elaborada. Las primeras ornamentaciones, que combinaban los mejores paños de la casa y flores, con el tiempo evolucionaron hasta decorados con un mayor realismo, alto nivel de detalle, arquitecturas efímeras, vegetación real, rocas auténticas, iluminación, movimientos mecanizados, a lo que se han sumado recientemente las nuevas tecnologías para crear un verdadero espectáculo visual y sonoro. Gracias a los anteriores recursos, se transforma el espacio doméstico de partida hasta que ofrece un marco perfecto en el que emplazar la imagen religiosa, completándose así una escena de la vida, pasión o muerte de Jesús.


Los pasos así ambientados se exhibían al público hasta el día de hoy, pudiendo ser visitados durante unas horas cada jornada. La mayoría de estas escenografías se montan en estancias amplias, pertenecientes a la planta baja de una casa, del local de alguna cofradía o hermandad, o incluso de un casal fallero. Como dichos espacios suelen estar contiguos a la calle, sus portones o ventanas se mantienen abiertos de par en par durante el tiempo de exposición, lo que crea la sensación de que los arreglos son capillas recayentes a la vía pública.

En estas vistas desde la calle, queda patente que los arreglos parecen capillas abiertas al exterior. En el Cabañal la mayor parte de los locales que albergan arreglos son reconocibles por tener en su fachada una cruz iluminada / Carlos Izquierdo García.

Los arreglos de Alberic suelen montarse de tal manera que el espectador puede verlos desde la calle a través del alguno de los vanos de la fachada, o bien adentrándose en el local donde se exponen / Carlos Izquierdo García.

El método de elección del inmueble donde cada año se realizará el dosel varía dependiendo de la hermandad: en algunas se hace mediante sorteo entre los miembros interesados, mientras que en otras se asigna directamente a algún cofrade que se haya ofrecido voluntariamente a montarlo en su vivienda.

En Alzira, estas instalaciones se conocen como doseles y desde 1963 se organiza un concurso anual para galardonar a las creaciones más destacadas, teniendo muy en cuenta el mensaje que transmiten a la hora de valorarlas. En la web que indico a continuación, pulsando VER PREMIADOS en la columna de la izquierda, se puede contemplar una galería de imágenes de los doseles premiados en las últimas ediciones del certamen alcireño: 

¿Existe en tu municipio esta tradición, o alguna otra costumbre singular y típica de estas fechas?

miércoles, 20 de marzo de 2013

Casas de escalerilla o escaletes

Fachadas de las escaletes en: plaza Navarros, 4; calle Balmes, 15; calle Pintor Fillol, 1; calle Alta, 30; y calle Sant Miquel, 5 / Carlos Izquierdo García.

Los últimos días del invierno y los primeros de primavera son jornadas ventosas en la capital del Turia. Hace poco vimos desmoronarse algunos monumentos falleros debido al empuje de Eolo y pronto contemplaremos a los niños disfrutando con las cometas durante la Pascua. Ahora que el viento arrecia, os propongo que dejemos atrás la ciudad nueva, las calles rectas de sus barrios regulares y sus plazas abiertas, los espacios en los que Camillo Sitte decía que se forman los más hermosos torbellinos de polvo. Mejor nos adentremos en el casco antiguo de Valencia, donde el soplo del aire no causa molestia alguna, ya que la trama urbana atenúa la fuerza del vendaval que pasa sobre los tejados.

En el abigarrado laberinto callejero del centro histórico es donde se encuentra la tipología edificatoria de la que hoy quería hablaros, un modelo de casa de vecindad sin ninguna pretensión estilística: las casa de escalerilla o escaleta. Estas construcciones populares empezaron a generalizarse en el siglo XVII y se consolidaron definitivamente en el XVIII, ante la acuciante necesidad de densificar la ciudad intramuros para dar cobijo al creciente número de personas que llegaron. En las arterias secundarias del tejido histórico es donde abundaban y todavía permanecen algunos de estos inmuebles plurifamiliares, erigidos sobre reducidísimos solares y destinados al alquiler. Las viviendas pequeñas, oscuras y deficientemente ventiladas que los forman, solían estar ocupados por las clases trabajadoras más humildes.

Frentes de las casas de escalerilla situadas en: calle Baja, 7 y 15; así como en calle Pintor Domingo, 6,14 y 16. Estas viviendas proliferan en viales secundarios y estrechos, que obligan a realizar fotomontajes forzados para obtener vistas de la totalidad de sus fachadas / Carlos Izquierdo García. 

Las casa de escalerilla estaba formada por la planta baja más un número no fijo de pisos, de tal manera que el bajo se destinaba a obrador y gozaba de un portón independiente, mientras que cada una de las plantas solía corresponder con una vivienda. Además de la entrada al taller, en la fachada se abría otra puerta menor tras la cual, sin zaguán ni zona intermedia, arrancaba una escalera empinada que ascendía hasta los hogares. De esta manera los espacios comunes del bloque se reducían al mínimo posible: la caja de la escalera y la azotea (donde se tendía la ropa en aquellos edificios no rematados por cubierta inclinada).

Planta y axonometría de una escaleta tipo publicados en el libro Historia de Valencia, obra de varios autores que fue editada por el periódico Levante y la Universidad de Valencia en 1999. Algunas casas de escalerilla responden casi a la perfección al dibujo, como las ubicadas en: calle Ángel Custodio, 5; calle Quart, 9; y plaza Lope de Vega, 11 / Carlos Izquierdo García.

A finales del siglo XVIII, Orellana describe este tipo de inmueble como: "aquella casa, que no teniendo zaguán, tiene por lo común tan limitado terreno, que desde la misma puerta de la calle comienza la escalera angosta para subir... y aunque antiguamente ésta era en figura espiral o forma circular, enroscándose para arriba a modo de caracol, ya de muchos años a esta parte... se han dado a fabricarlas sobre plano en quadro, llamándoselas de esta forma escaleras a la castellana".

Antes de que los bloques contaran con energía eléctrica, la anella o aldaba hacía las veces de llamador y el montante enrejado de la puerta, así como las pequeñas ventanas situadas en la vertical de la entrada, iluminaban la caja de escalera. Estos tres ejemplos se encuentran en las escaletas de: calle Carniceros, 20 y Baja, 15 / Carlos Izquierdo García.
Exteriormente es muy sencillo reconocer la escaleta: es un edificio de fachada estrecha; en sus bajo se abren al menos dos entradas de diferente dimensión; la menor de sus puertas cuenta a veces con una aldaba y casi siempre con un montante enrejado que ilumina el arranque de la escalera; en la vertical de la puerta pequeña se alinean una serie de ventanas que dan luz a la escalera en cada nivel y a través de cuyos huecos se puede ver la escalera desde la calle; si tiene cubierta transitable, el remate de la fachada se produce a dos niveles, pues el casetón de la escalera sobresale más allá del último piso habitado.

Casa de escalerilla situada en el número 23 de la calle Triador. Según el catastro, se construyó en el año 1900 y sus viviendas son de 65 metros cuadrados. Como se ve, inmediatamente tras franquear la puerta se llega a una escalera tabicada con peldañeado de baldosas y mamperlanes de madera. Su primer tramo se ensancha, rematándose con un escalón de arranque redondo, sobre el que se yergue un pilarote metálico, dando comienzo a una barandilla metálica con barrotes de fundición / Carlos Izquierdo García.

Como se ha comentado, la puerta que daba paso a la escalerilla solía contar con una anella o con una aldaba de hierro fundido en forma de mano cerrada agarrando una bola. Antes de la existencia de los porteros eléctricos, con dicho llamador se golpeaba la puerta un número de veces equivalente al piso al que se quisiera subir. Los vecinos de la vivienda oportuna, desde el descansillo de la escalera correspondiente a su planta, podían abrir la puerta de la calle tirando de una cuerda que descendía por el hueco de la escalera y que, tras pasar por una polea, accionaba el pasador.

El ilustre sainetero valenciano Eduardo Escalante, que vivió algunos años de su vida en una casa de escalerilla, ambientó varias creaciones suyas en este tipo de edificios. Quizá la historia que transcurre en uno de ellos y que más destaca en su producción es La escaleta del dimoni (1874). En ciertos fragmentos de dicha pieza, el autor dejó constancia del curioso sistema que se utilizaba para tocar y abrir la puerta. Por ejemplo, en la escena X los vecinos escuchan cómo alguien llama a la puerta de la calle, cuentan los aldabazos y especulan sobre quién vendrá:
"Nasia¿Toquen baix? (Oyense los golpes de la aldaba).
Rafel. Sí: dos, tres, cuatre; (Contando los golpes) en la habitació de Blaya.
Nasia. ¿Será el novio? (Llegando a la puerta del foro).
RafelVeches.
Barbereta¿Cuántes? (Asomando a la ventana y desapareciendo luego).
Nasia. Es baix, en casa la Rulla.
Rafel¡Escudriñaores!".

Cuerda atada a la barandilla del descansillo del segundo piso de la calle Triador, 23. Desde dicho rellano, los inquilinos de la vivienda de esa planta todavía hoy tiran de la cuerda para abrir la puerta de la calle, evitándose la molestia de bajar dos pisos / Carlos Izquierdo García.

Polea situada sobre la entrada del número 23 de la calle Triador, gracias a la cual la cuerda que desciende por el hueco de la escalera acciona el pasador de la puerta / Carlos Izquierdo García.

También en la escena V del mencionado sainete se hace referencia a las cuerdas con las que, desde cada planta, abrían la puerta de la calle:
"D. Chaume¡Home, dígali a eixe músic que no mos uide el servell! Escolte: aváns que m'olvide, cuant s'en vacha tanque be la porta de la escaleta.
QuicoEixos chics del cueter que viu dalt, tenen el gust de tallar tots el cordells. ¡Son el dimoni! A Don Santos... repare si es pensament: li han mort el gat, ¿pero cóm? nugantli a rabo un cuet aixina".

Por desgracia ya no se conserva ninguna de las escaletes que la pluma de Escalante hizo famosas. Junto a ellas, han ido desapareciendo otras casas de escalerilla menos célebres, cuya demolición ha dado paso a solares vacíos o a nuevas construcciones con mejores condiciones de habitabilidad.

martes, 5 de marzo de 2013

Páginas Amarillas: alerta roja

Ojeando los volúmenes de Páginas Amarillas correspondientes a 2011, 2012 y 2013, en mi sofá amarillo / Carlos Izquierdo García.

Recientemente he recibido en casa el ejemplar de las Páginas Amarillas correspondientes a la provincia de Valencia y al año 2013. Tras sacarlas del ceñido plástico en el que vienen envueltas, lo primero que he hecho ha sido echar un vistazo a la sección Arquitectos, algo que repito anualmente para tomar el pulso a mi profesión, curiosear quiénes  siguen en activo y enterarme de qué antiguos compañeros de carrera se han puesto a trabajar por su cuenta. A pesar de que en dicho apartado no están todos los que son, sí que son arquitectos todos los que están y, dado que la relación de colegas que dan a conocer sus servicios a través de este directorio es nutrida, creo que la guía gratuita es una buena base para realizar un diagnóstico de la disciplina.

El encogimiento de las páginas amarillas ha sido paralelo al declive de nuestra economía. Además, resulta curioso que las tijeras, que hasta 2012 anunciaron los cupones de descuento en la esquina de la portada, hayan desaparecido en la edición de 2013. ¿Será acaso porque ahora tienen la connotación negativa de los recortes? / Carlos Izquierdo García.

Y es que las Páginas Amarillas, al ser un listín para contactar con empresas y profesionales de todo tipo de sectores, son un buen reflejo de la economía del área geográfica a la que se refieren. No hay más que ojear los ejemplares impresos de los últimos años para darse cuenta de la contracción de la actividad económica que ha sufrido nuestra provincia. He aquí algunas características de los últimos tomos que han salido a la luz, unos datos cuya comparación habla por sí misma:
- en 2011 la guía salió a la luz con unas dimensiones de 29,5x20,9x2,1 cm, 686 páginas y 786 gramos de peso;
- en 2012 el ejemplar mantiene el formato de años anteriores, pero reduce notablemente su espesor (29,5x20,9x1,5 cm), al contar con solo 464 páginas, que pesan 562 gramos;
- en 2013 la versión física de las Páginas Amarillas se funde con las Páginas Blancas y juntas se imprimen en un formato casi de libro de bolsillo (20,7x14,5x2,9 cm), con un tamaño de letra notablemente más grande que en ediciones anteriores, alcanzando un total de 1.040 páginas (904 para las amarillas y 136 para las blancas) y un peso de 644 gramos (560 correspondientes a las amarillas y 84 correspondientes a las blancas).

Abriendo los tomos, dirigiéndome al apartado Arquitectos y consultando los técnicos que se anuncian en la ciudad de Valencia, también he sacado unas estadísticas que me parecen muy reveladoras de cómo está evolucionando la profesión.

Esta gráfica muestra el movimiento durante los últimos tres años del número de registros en la sección Arquitectos / Carlos Izquierdo García.

Atendiendo al número de arquitectos del cap i casal registrados cada año, aquí os presento mi hipótesis de lo que podría estar ocurriendo. Parece ser que hasta 2011 muchos compañeros todavía estaban desarrollando encargos que recibieron antes de que surgiera la crisis. Al ver dichos profesionales que pasaba el tiempo, iban acabando los trabajos pendientes y no entraban nuevos proyectos, en 2012 aumentó notablemente el número de técnicos que decidieron anunciarse en las Páginas Amarillas, con la esperanza de que figurar en la guía les reportara más encargos. En 2013 el número de anunciantes se redujo considerablemente, alcanzando niveles inferiores a los de 2011. Esta caída podría significar que muchos colegas se vieron obligados a bajar definitivamente la persiana de sus estudios.


Aprovecho esta imagen, en la aclaro cómo son los diferentes tipos de anuncios, para puntualizar que yo no recibo ningún tipo de comisión ni gratificación de los anunciantes que aparecen en esta entrada, ni tampoco de Páginas Amarillas ;) / Carlos Izquierdo García.

Como se deduce comparando estas gráficas, cada vez menos arquitectos se pueden permitir que sus anuncios sobresalgan respecto a los de la competencia. De seguir esta tendencia en los próximos años, el Pac-Man azul cerrará definitivamente su boca / Carlos Izquierdo García.

Existe en el sector de la arquitectura una tendencia a minimizar costes que resulta muy evidente si prestamos atención a la calidad de los anuncios. Años atrás, eran más los compañeros que trataban de diferenciarse haciendo destacar su publicidad respecto a la de la competencia, quedando así la sección Arquitectos salpicada de entradas en negrita, otras enmarcadas y algunas personalizadas. En el ejemplar de este año predomina la monotonía de los anuncios estándares, rara vez interrumpida por algún anuncio distinguido.

Poco a poco el teléfono móvil va ganando terreno como forma de contactar con los arquitectos valencianos / Carlos Izquierdo García.

Otro indicador a tener en cuenta es el tipo de teléfono de contacto. La guía nos revela que, a pesar de que la cifra de anunciantes se deshincha, aumenta año tras año el número de teléfonos móviles. En mi opinión, este fenómeno tiene dos posibles explicaciones: el mayor dinamismo de los profesionales, que pocas veces pasan su jornada laboral entre las cuatro paredes de su oficina, o la creciente precariedad de nuestra disciplina, que obliga a muchos técnicos a prescindir de sus líneas fijas, como medida de ahorro, y a utilizar sus móviles tanto para llamadas personales como profesionales.

En estas gráficas se aprecia que, mientras prácticamente todas las formas asociativas disminuyen, la tendencia global de los registros sin régimen jurídico concreto es al alza / Carlos Izquierdo García.

Aunque la mayoría de los anunciantes no indican más que el nombre comercial de su empresa y su teléfono de contacto, las Páginas Amarillas también nos proporcionan datos acerca de la forma jurídica de algunas firmas del sector. Gracias a esta información, he podido concluir que en estos últimos años se ha producido un notable desmembramiento de las agrupaciones profesionales en favor de un panorama más atomizado, integrado principalmente por equipos de técnicos más reducidos o por arquitectos autónomos. Esta realidad resulta evidente a la vista de los descensos experimentados por casi todas las formas asociativas, pero queda especialmente patente en la espectacular bajada de la forma jurídica más común en mi disciplina: la sociedad limitada.

Por último, me gustaría comentar que nunca me he anunciado en las Páginas Amarillas impresas, pero hace tiempo sí que puse un anuncio gratuito en la versión on-line de dicho directorio. En caso de que alguna vez decidiera publicitar mis servicios en la guía física: por una parte pondría especial cuidado en la corrección ortográfica del anuncio, pues no me inspira confianza una empresa que ni siquiera sabe escribir bien su propio nombre; por otro lado no se me ocurriría poner como teléfono de contacto un número de tarificación especial, dado el rechazo que producen. Lo que acabas de leer parecen perogrulladas, pero viendo en la sección Arquitectos del listín de 2013 escritos la palabra "paisajismio" y un teléfono 902, parece que estos detalles no resultan tan obvios.

Esta es la interpretación que se me ocurre a partir de los datos de las Páginas Amarillas. ¿Qué lectura haces tú?